martes, 15 de mayo de 2012

Cosas que nunca te dije.

Supongo que nunca está de más decir algún tipo de cosas sin esperar nada a cambio. A veces, cuando el dolor es soportable, cuando ya no necesitas a una persona, necesitas explicarle algunas cosas. Te dije tantas veces que te quería, que al final supongo que ya no significaban nada. Acabamos despidiéndonos con un " te quiero" sin decirte un "porque te quiero". Hubo mil cosas que me hubiera gustado decirte, y que nunca dije. Por ejemplo, nunca te explique que me enamoraba el ritual que practicabas cada vez que te acercabas a mí. Siempre era el mismo, y en el mismo orden. Primero me veías a lo lejos y te acercabas a mi, nunca dejabas de mirarme a los ojos. Cuando estábamos a unos metros comenzabas a silbar, y tú no te dabas cuenta, pero ami me parecía lo mas tierno del mundo. Cuando estabas a mi lado dejabas de silbar, me agarrabas de la cintura y me arropabas en tus brazos. Ese era mi hogar. Nunca te expliqué porque siempre temblaba. ¿Alguna vez has sentido que estás a punto de conseguir tus sueños? ¿Alguna vez has estado tan bien que incluso estabas nervioso? Eso me pasaba a mi. Temblaba, porque era feliz, porque me ponías nerviosa, porque te quería. Tampoco te dije nunca que sabía perfectamente en que momentos del día te parabas a pensar en lo nuestro. Siempre que lo hacías no parabas de jugar con la pulsera amarilla que llevas en la mano derecha. Jamás adivinarías que me aprendí de memoria tu número de teléfono y el numero de veces que me guiñabas el ojo antes de besarme cuando me picaba por alguna tontería. Nunca te dije que me gustaba analizar todos tus pequeños detalles, me gustaba observarte de cerca, contemplarte, admirarte, amarte. Hablando de amar... creo que nunca te dije en que momento me enamore de ti. Me enamore de ti cuando te vi rozar las cuerdas de tu guitarra. Aunque creo que en realidad me enamore de ti cuando, después de tocar la guitarra te acercaste a mi y me dijiste al oído: "El primer concierto de muchos, pequeña". Y me besaste. Y en ese momento supe que no se podía estar más enamorada. Tampoco te dije nunca que la primera vez que quedamos llevabas una sudadera naranja, y que cuando te vi con esa sudadera simplemente pensé ¡Anda, una sudadera naranja! Y nunca me hubiera imaginado en las veces que me hubiera gustado arrancártela, ni las veces que me tumbe sobre tu pecho cuando llebabas esa sudadera. Al igual que nunca te dije que en realidad nunca me di por vencida, simplemente, algo dentro de mi me dijo que tú nunca serías feliz conmigo y que cuando quieres a alguien, quieres que sea feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sonrisas